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“La Historia es el único maestro infalible,
y la revolución la mejor escuela
para el proletariado.”
Rosa Luxemburgo
Destacamento Rojo, una crónica novelada de “la experiencia más profunda del proletariado hondureño”, en palabras del Amaya Amador, nos narra los acontecimientos previos, durante y posteriores a la gran huelga bananera de 1954.
Como en todas sus novelas, rescata de nuestra historia –el maestro infalible– las enseñanzas imprescindibles para contribuir a la formación de la conciencia crítica del pueblo hondureño en su lucha por una sociedad más justa, objetivo central de toda su producción literaria.
A 50 años de la primer edición mexicana, y en el contexto de la actual situación política, social, económica y cultural de Honduras, Destacamento Rojo sigue siendo un clásico para comprender la cruda realidad de nuestro país, sometido a los capitales extranjeros y controlado por una casta política que ya en 1954 era incapaz de satisfacer las necesidades del pueblo hondureño.
Nació el 29 de abril en 1916 en el municipio de Olanchito, en el departamento de Yoro, entre sus primeros oficios estuvieron los de maestro de escuela primaria y de regador de veneno en los campos bananeros, lo que le dio la experiencia en carne viva de las situaciones precarias que vivían los trabajadores de las plantaciones bananeras. En el año 1939, comenzó una etapa como periodista, empleándose en el periódico El Atlántico de La Ceiba. Comenzó como redactor, escalando rápidamente hasta llegar a ser editor periodístico. En octubre de 1943 fundó una revista semanaria en la ciudad de Olanchito, llamada Alerta.
En 1944, escapando de persecución política, huyó buscando auxilio en Guatemala, país que lo acoge por los siguientes diez años. Trabajó en el periódico Nuestro Diario y prestó colaboración en El Popular Progresista, Mediodía y Diario de Centroamérica. Tras el derrocamiento del presidente Jacobo Arbenz, buscó asilo en la embajada de Argentina para posteriormente migrar hacia este país, donde se radicó en la ciudad de Córdoba y trabajó para la editorial Sarmiento, es en esta ciudad donde conoció a Regina Arminda Fúnez con quien se casaría el 19 de enero de 1957.
En mayo de 1957 regresó a Honduras, donde comenzó a trabajar para el periódico El Cronista y fundó la revista Vistazo en Tegucigalpa.
En abril de 1959 abandona de nuevo el país junto con su esposa y sus hijos, Aixa Ixchel y Carlos Raúl, radicándose en Checoslovaquia. Tomó residencia en la ciudad de Praga, donde trabajó para una revista llamada "Problems of Peace and Socialism'
También es conocido como el señor de las novelas, mayormente en Honduras.
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